Zalamea la Real 1ª de Abono. Tres cuartos de plaza.
Toros de Hijos de Celestino Cuadri, bien presentados aunque desiguales, rematados y con cuajo; descastados y parados, llegando todos desfondados a la muleta.
Juan José Padilla (Verde lima y oro): ovación y silencio.
Javier Valverde (Grana y oro): Oreja y buscadas palmas.
Salvador Cortés (Rosa palo y oro): Palmas tras un aviso y silencio.
Los toros que no merecieron llamarse “Cuadris”
En el campo bravo las dificultades son evidentes y hacen que este trabajo sea muy arduo y que requiera de una paciencia infinita en la que juegan los años.
Ingratos los toros que Fernando Cuadri trajo a Zalamea, con buena presencia y trapío que no estuvieron a la altura del apellido que les da nombre; ya que Cuadri en sí, no es solo casta y bravura es una ganadería cabal, exigente y honesta como su ganadero que cabizbajo como el que más salía el último de la plaza, sabiendo lo que había lidiado y comprendiendo el desencanto de un público expectante ante sus astados.
Muchas ilusiones y expectación que reflejaba la vuelta a Zalamea de la divisa triguereña que no fue ni su sombra de la que recordaban la mayoría de los asistentes.
Podríamos calificar de voluntariosa a la terna, pero no por ello dejamos de

Padilla estuvo y fue él; banderilleó con desahogos a su primero e intentó torearle con la diestra aunque no supo atemperar la brusca embestida del de Comeuñas, que protestaba dando tornillazos y siempre tenía la cara alta sin humillar. Tras un intento y un

El segundo y quinto poco aportaron a Javier Valverde; pero lo intentó con su primero y se mostró entregado; comenzó con su particular técnica con un sobrio tras

Poco más que contar del diestro charro, que intentó y no pudo, pero a la hora de matar hizo de todo menos entrar por de

Cortés llegó tras el triunfo en Valverde pero le toco en suerte un manso y desclasado tercero que protagonizó un primer tercio de verdadero peligro derribando al caballo y cogiendo de forma espeluznante al monosabio que le perdió la cara al Cuadri y tras un resbalón desafortunado se quedó a merced del toro que contra la pared le pegó un varetazo en la axila y una p

En la muleta se empleó; parecía que el que hizo salida de manso desplegó su fondito de casta y metió la cara en la muleta aunque sin transmisión; Salvador Cortés estuvo firme pero le faltó dejarle la franela en la cara. Con la suerte se vació como nunca y tras numerosos intentos con la espada y el descabello recibió unas palmas de respeto.
El sexto pareció más potable, se empleó en la muleta pero se desfondo pronto; intentó gustarse Cortés aunque nunca se confió. El de Mairena no tuvo su tarde con los aceros, ya que se impregnó con el tedio del festejo y fue silenciado tras innumerables intentos.
La tarde no fue la soñada, el gana

Bien la presidencia aunque precipitada en banderillas tal vez por el susto de la cogida; los toros no pusieron tantas dificultades.

Y ya sobran las palabras, ahora solo queda el trabajo ganadero que a buen seguro se llevará en el campo. Que la sapiencia y la paciencia sigan su curso ganadero; que las broncas en el arrastre se conviertan en las vueltas y ovaciones del mañana; y olvidemos estos toros que nunca merecieron llamarse Cuadris.
Eduardo Vázquez.
1 comentario:
Una pena amigo, todo perfecto... la plaza preciosa, la tarde de sol de otoño (que se lleva bien como el de abril de sevilla), un cartel bien rematado de toros y toreros... y los cuadris que volvían... no fueron los lancha que se fueron. Una pena porque como dices los ganaderos son honrados hasta lo infinito, y tenían mucha ilusión. En fin la afición estuvo a la altura (quizas alguno de un pueblo vecino que se llevó toda la tarde pegando voces y terminó tachando la corrida de charlotada. Quizas porque en su pueblo no hay coso ni pa celebrar charlotadas...)
Ya se sabe aquello de la expectación y la decepción. Una pena porque los matadores parecian dispuestos. MCR
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